lunes, 16 de abril de 2012

Historia de los corridos


El corrido es una forma musical y literaria popular mexicana. Derivado a lo largo del siglo XVIII del Romance, entre otras formas populares traídas de Europa, en su forma mejor conocida consiste de:
  1. Un saludo y presentación del cantor y prólogo de la historia;
  2. Desarrollo de la anécdota;
  3. Moraleja y despedida del cantor.
  4. Debe tener de 8 sílabas en adelante


Los corridos son casi de generación espontánea, creaciones ingenuas, populares de autores anónimos. Son además formas cantables. En casi todos los pueblos de México se cantan corridos al compás de las guitarras.

Hay corridos con temas amorosos, crónicas de sucesos naturales, y desde luego relatos de hechos históricos que vienen desde los días de la Independencia, hasta la conclusion de la Revolución Mexicana, pasando por los episodios conocidos con el nombre genérico de la Reforma cuando aparece la figura gigante de Benito Juárez, la exótica del Emperador Maximiliano, el perfil de los invasores franceses y el triunfo de la República. Mediante el corrido, el pueblo recoge, difunde y perpetúa las noticias que le afectan, cantándolas en verso asonantando (de ocho sílabas generalmente) con el acompañamiento de la guitarra y otros instrumentos variados. Y aquí les dejo un video de muestra.


Hasta el arribo y consolidación de los medios electrónicos de comunicación masiva (mitad del siglo XX), el corrido se utilizó en México como un medio informativo y educativo de primer ordennjl.nvcf, incluso con fines subversivos, debido a su aparente simplicidad lingüística y musical, apropiadas para la transmisión oral. Tras popularizarse el radio y la televisión, el género ha evolucionado hacia un nuevo estado, aún en proceso de maduración, aunque la mayoría de los especialistas asegura que está muerto, o por lo menos agoniza desde entonces (véanse las afirmaciones de Vicente T. Mendoza en El corrido mexicano, 1954).

Los ejemplares vivos más antiguos del corrido son versiones transculturadas de romances españoles o leyendas europeas, relativos sobre todo a amores desgraciados o sublimados, así como a temas religiosos. Éstos, que incluyen (entre otros) "La Martina" y "La Delgadina", muestran las mismas pautas estilísticas básicas que la mayoría de los corridos posteriores (tiempo de 1/2 o 3/4 y composición literaria en "verso menor", es decir, versos de ocho o menos sílabas fonéticas, agrupados en estrofas de seis o menos versos).


Fue hasta la Guerra de Independencia (1810-1821), y de ahí a lo largo de la Revolución mexicana (1910-1921) y las revueltas religiosas o caciquiles (1926-1934) originadas por el nuevo orden político, que el género prosperó y adquirió los conocidos tonos "épicos" que tanto se resaltan, así como la estructura narrativa en tres instancias antes mencionada, produciéndose el grueso de los ejemplares vivos, que se refieren a líderes revolucionarios, religiosos o populares, así como sus hechos o, incluso, su "martirologio".

Con la consolidación del "Presidencialismo" (orden político instituido tras la Revolución Mexicana) y el éxito de los medios electrónicos de comunicación masiva, el corrido perdió mucho de su papel informativo, volviéndose, por una parte, un ingrediente del culto folclorista, y por otra, en la voz de los nuevos subversivos: trabajadores oprimidos, productores y traficantes de drogas; activistas de izquierda, campesinos emigrantes (sobre todo a EE. UU.).

Esta vertiente es considerada por los académicos la etapa "decadente" del género, que tiende a borrar las características estilísticas y estructurales del corrido "revolucionario" o tradicional, sin mostrar aún una pauta clara o unificada de evolución. Esto es representado sobre todo por el "narcocorrido", canciones dedicadas a figuras relacionadas con el narcotráfico, muchas veces ordenadas y pagadas por ellos mismos a músicos y compositores.(véase: Música mexicana moderna y contemporánea).

Variaciones

En el área cultural contemporánea mexicana, estas tres variantes del corrido (romances transculturados, corridos «revolucionarios» y los modernos) están igualmente vivas y son cantadas por igual, a la par que otros géneros populares narrativos, como la "Valona" de Michoacán, el "Son arribeño" de la Sierra Gorda (Guanajuato, Hidalgo y Querétaro) y otros. Su vitalidad y flexibilidad permiten que en la actualidad existan letras originales de corridos interpretadas en géneros musicales extranjeros, como el blues y el ska, e incluso letras no en español, como las traducidas o compuestas por las comunidades indígenas de México o por las comunidades "chicanas" en EEUU, en inglés o en "espanglish."



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